El 10 de septiembre de 2015 muere el fotógrafo Alberto Schommer a los 87 años, víctima de una enfermedad cancerígena. En agosto del año 2013, Schommer había perdido a su esposa, Mercedes Casla, la que fue «el gran amor» de su vida y por la que sentía absoluta admiración. Desde su fallecimiento su energía había ido disminuyendo. Mercedes Casla amaba, difundía y conocía los libros, era elegante y la mano derecha de Schommer. Tal y como él reconocía, sin el amor que ella tenía a los libros, sin el conocimiento que tuvo de los autores y de la gente que iba al Estudio 2 Libros (librería que tenía Mercedes), el fotógrafo no hubiera hecho aquella maravillosa obra que hoy conservamos. Por esta razón, eligió el libro como formato principal de su trabajo, contando con más de sesenta publicados.
En el año 2013, Schommer recibía el Premio Nacional de Fotografía: «Lo recibí con sorpresa y con cierta sensación de retraso: los fotógrafos de mi generación debíamos de haber tenido ese premio hace tiempo. Algunos, como Oriol Maspons, han muerto sin haber conseguido ese galardón, algo que me parece incomprensible. Pienso que el jurado de esos premios está formado a veces por gente que no conoce realmente la profesión. Pero eso sí, la ilusión por el premio no me lo quita nadie».
El 2014 fue un año de mucho éxito, fue el primer fotógrafo en exhibir en el Museo del Prado, dedicando una exposición a sus Máscaras, de mediados de los ochenta. En esta serie fotografió el rostro de varios intelectuales y artistas españoles destacados. En estos retratos, negaba la mirada, dejando en negro, gracias a la iluminación que utilizó, los ojos de los retratados. En el Museo del Prado, estas Máscaras dialogaron con pinturas del Museo de artistas como Velázquez o Goya.
Fotografía: Ignacio Hernando Rodríguez
En el 2015 Schommer realizó el que sería su último trabajo fotografiando a los candidatos a la comunidad y al ayuntamiento de Madrid. La propuesta se llama No oculto nada, idea que surgió por su gran preocupación por la corrupción política. El fotógrafo pidió que posaran enseñando las palmas de las manos, porque si una persona enseña las palmas de las manos limpias, significa que no oculta nada.
Con este pequeño resumen de sus tres últimos años y con una gran tristeza por esta enorme pérdida, queremos dar las gracias a todos los que habéis demostrado la absoluta admiración y el enorme afecto hacia uno de los que fue y será un nombre capital de la fotografía.